Hoy descubrimos otra marca española: Bad Roll Games, encargada de un juego que se empieza a mover cada vez más como es Punkapocalyptic. Un juego de bandas basado en un futuro apocalíptico al más puro estilo Mad Max (¿he dicho Mad Max? :P). Generalmente, sus miniaturas son de metal, pero están sacando ahora una línea de miniaturas de resina.
La verdad es que todo lo que necesitas para jugar a Punkapocalyptic son las reglas de descarga gratuita que tienen en su núcleo sólo 21 páginas, algunas miniaturas apropiadas,
dados de 10 caras, cinta métrica, la ficha de tu banda (puedes descargar la de cada banda en la página oficial),
una superficie despejada y plana de por lo menos 120x120 cm y algo que te sirva de escenografía. Sencillo, ¿no?, pues vamos a ver un poco de qué trata Punkapocalyptic.
¿De qué trata el juego?
A principios del siglo XXI las crisis económicas, causadas por la escasez de agua y combustibles fósiles y por la despiadada especulación empezaron a sucederse una tras otra. A la población se les iba quitando todos los derechos que habían conseguido con los años, llegó un momento en que el descontento general fue tal que estalló la chispa de la rebelión.
Primero eran una minoría, pero en poco tiempo millones de ciudadanos en todo el mundo salieron a las calles ya sin nada que perder, y tomaron como objetivo todos los poderes políticos y económicos, El mundo acabó hecho trizas.
Las grandes corporaciones, los gobiernos y la clase alta crearon un consejo que los encabezara y tuviera la facultad de tomar decisiones inmediatas, al que llamaron la Brújula. Éste decidió que el problema no era el Sistema, sino que había demasiada gente en el Sistema. De esta manera pasaron a hacer algo totalmente nuevo para que su statu quo siguiera manteniéndose: el Proyecto Babylon.
Así se planeó la creación de las Megalópolis, siete enormes ciudades amuralladas y autosuficientes (dos en América del Norte, una en Oceanía, dos en Europa, una en Asia y una en América del Sur), donde sólo tendría cabida la gente adecuada. Había que reconstruir la realidad, pero dando un paso más allá, haciéndola a su imagen y semejanza. Un 5% de la población, la suficiente para mantener las perfectas sociedades de economía y consumo, llenas de lujo, derroche, agua pura y comida. En el exterior, había que dejar al resto de la población, un lastre, fuente de problemas y conflictos.
Sin embargo, esas enormes urbes debían ser construidas, y era algo que no podía hacerse en secreto, así que el Proyecto Babylon se presentó como un nuevo amanecer para el mundo, un lugar donde se partiría de cero en una sociedad más equilibrada y plural, donde cada persona contaría. Y el plan funcionó pues la gente estaba en el fondo tan deseosa de creer en algo. El mensaje era que estas siete Megalópolis serían las primeras de muchas que poblarían la Tierra. Y entonces, cuando las siete urbes fueron finalizadas, la auténtica realidad se mostró.
Obviamente, la gente se rebeló y se levantó en armas inmediatamente. Pero la Brújula hacía tiempo que estaba lista para este momento y se había preparado táctica y armamentísticamente. Actuó sin ninguna compasión, aquél que no aceptara vivir en el exterior, moriría. No dudaron en usar todas las armas que habían estado preparando, ya fueran nucleares, químicas o electromagnéticas. El mundo exterior fuera de las Megalópolis pasó a ser un lugar inhóspito, un enorme campo de batalla, mientras que las Megalópolis quedaron selladas.
Los siguientes años sufrieron de un terrible invierno nuclear, seguido de un calentamiento global acelerado por todo lo sucedido. Todo excepto las Megalópolis, que estaban perfectamente preparadas para estos “inconvenientes”, se convirtió en un yermo, con las antiguas ciudades totalmente destruidas, los bosques y praderas desaparecidos, los ríos convertidos en eriales… La población que allí vivía quedó diezmada hasta llegar a menos de un 1% de la que había poblado la Tierra.
El mundo exterior, ahora hogar de los despojos de la sociedad ideal, se convirtió en el Páramo.